En
Taubilandia vivía en tiempos remotos, remotísimos, un hombre que poseía toda la
sabiduría del mundo. Se llamaba este hombre Pedro Ananzi, y la fama de su
sabiduría se había extendido por todo el país, hasta los más apartados
rincones, y así sucedía que de todos los ámbitos acudían a visitarlo las gentes
para pedirle consejo y aprender de él.
Pero he aquí
que aquellas gentes se comportaron indebidamente y Ananzi se enfadó con ellos.
Entonces pensó en la manera de castigarlos.
Tras largas y
profundas meditaciones decidió privarles de la sabiduría, escondiéndola en un
lugar tan hondo e insospechado que nadie pudiera encontrarla.
Pero él ya
había prodigado sus consejos y ellos contenían parte de la sabiduría que, ante
todo, debía recuperar. Y lo consiguió; al menos así lo pensaba nuestro Ananzi.
Ahora debía
buscar un lugarcito donde esconder el cacharro de la sabiduría; y, sí, también
él sabía un lugar. Y se dispuso a llevar hasta allí su preciado tesoro.
Pero... Padre
Ananzi tenía un hijo que tampoco tenía un pelo de tonto; se llamaba Kweku
Tsjin. Y cuando éste vio a su padre andar tan misteriosamente y con tanta
cautela de un lado a otro con su pote, pensó para sus adentros:
-¡Cosa de
gran importancia debe ser ésa!
Y como listo
que era, se puso ojo avizor, para vigilar lo que Padre Ananzi se proponía.
Como suponía,
lo oyó muy temprano por la mañana, cuando se levantaba. Kweku prestó mucha
atención a todo cuanto su padre hacía, sin que éste lo advirtiera. Y cuando
poco después Ananzi se alejaba rápida y sigilosamente, saltó de un brinco de la
cama y se dispuso a seguir a su padre por donde quiera que éste fuese, con la
precaución de que no se diera cuenta de ello.
Kweku vio
pronto que Ananzi llevaba una gran jarra, y le aguijoneaba la curiosidad de
saber lo que en ella había.
Ananzi
atravesó el poblado; era tan de mañana que todo el mundo dormía aún; luego se
internó profundamente en el bosque.
Cuando llegó
a un macizo de palmeras altas como el cielo, buscó la más esbelta de todas y
empezó a trepar con la jarra o pote de la sabiduría pendiendo de un cordel que
llevaba atado por la parte delantera del cuello.
Indudablemente,
quería esconder el Jarro de la Sabiduría en lo más alto de la copa del árbol,
donde seguramente ningún mortal había de acudir a buscarlo... Pero era difícil
y pesada la ascensión; con todo, seguía trepando y mirando hacia abajo. No
obstante la altura, no se asustó, sino que seguía sube que te sube.
El jarro que
contenía toda la sabiduría del mundo oscilaba de un lado a otro, ya a derecha
ya a izquierda, igual que un péndulo, y otras veces entre su pecho y el tronco
del árbol. ¡La subida era ardua, pero Ananzi era muy tozudo! No cesó de trepar
hasta que Kweku Tsjin, que desde su puesto de observatorio se moría de
curiosidad, ya no lo podía distinguir.
-Padre -le
gritó- ¿por qué no llevas colgado de la espalda ese jarro preciado? ¡Tal como
te lo propones, la ascensión a la más alta copa te será empresa difícil y
arriesgada!
Apenas había
oído Ananzi estas palabras, se inclinó para mirar a la tierra que tenía a sus
pies.
-Escucha
-gritó a todo pulmón- yo creía haber metido toda la sabiduría del mundo en este
jarro, y ahora descubro, de repente, que mi propio hijo me da lección de
sabiduría. Yo no me había percatado de la mejor manera de subir este jarro sin
incidente y con relativa comodidad hasta la copa de este árbol. Pero mi hijito
ha sabido lo bastante para decírmelo.
Su decepción
era tan grande que, con todas sus fuerzas, tiró el Jarro de la Sabiduría todo
lo lejos que pudo. El jarro chocó contra una piedra y se rompió en mil pedazos.
Y como es de
suponer, toda la sabiduría del mundo que allí dentro estaba encerrada se
derramó, esparciéndose por todos los ámbitos de la tierra.
Anónimo
Aquí tienes una serie de preguntas que tienes que contestar:
Responde a ellas en tu cuaderno y después
Haz clic en este enlace y completa el cuestionario sin faltas de ortografía...
1. ¿Cómo
se comportaron la gente de Taubilandia?
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2. ¿De que
pensó privarle Pedro Ananzi a toda la gente de Taubilandia por su mal
comportamiento?
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3. ¿Qué
llevaba Pedro Ananzi la mañana que Kweku lo vio salir temprano de la casa?
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4. ¿De
dónde llevaba atado Pedro Ananzi la cuerda de donde pendía la Jarra de la
Sabiduría?
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5. ¿Qué
árbol era donde Pedro Ananzi quiso esconder la Jarra de la Sabiduría?
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6. ¿De
dónde le recomendó el hijo de Pedro Ananzi a su padre que llevara colgada la
Jarra de la Sabiduría?
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7.
¿Cuántos pedazos se hicieron de la Jarra de la Sabiduría al chocar contra una
piedra?
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8. ¿Por
dónde se esparció la sabiduría que estaba metida en la Jarra?
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9. ¿Tenía
Pedro Aninza que no tenía un pelo de tonto?
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10. ¿Es
verdad que Kweku le dio a su padre una lección de sabiduría?
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